El Blog de la Torre Tavira

La noche del pasado 31 de octubre, se celebró en Cádiz la festividad previa al Día de Todos los Santos, una de las tradiciones populares más especiales de la ciudad: «los Tosantos». En la memoria colectiva de tod@s l@s que tenemos cierta edad se almacenan imágenes de esas tardes-noches de «Tosantos» en las que, de la mano de nuestros padres y madres, recorríamos un abarrotado mercado de abastos con una multitud de «puestos» decorados que ponían a funcionar nuestro asombro y nuestra imaginación a toda máquina. Todo ello ambientado con el inconfundible olor de las castañitas asadas.

El mundo en el que vivimos actualmente es un mundo abierto y globalizado que nos ha ayudado a conocer y adoptar tradiciones de otros lugares, formas diferentes de celebrar una misma festividad. Este hecho supone, sin duda, un enriquecimiento cultural pero nunca debemos olvidar nuestras propias tradiciones, aquellas que nos definen como cultura, que definen nuestra idiosincracia; nunca debemos perder nuestra identidad.

No se trata de generar rechazo a las nuevas costumbres, tradiciones o celebraciones importadas de otros lugares y otras culturas, nada más lejos de la realidad. Se trata de conocerlas e incorporarlas a las nuestras pero sin dejar caer en el olvido a nuestras raíces. Un truco o trato con castañas asadas, un «brunch» con una copita de fino o Papá Noel echando una mano a los Reyes Magos con el reparto de ilusión en Navidad.

Pasear el pasado 31 de octubre con nuestros pequeños y nuestras pequeñas disfrazados por el mercado, comiéndonos un cartucho de castañas y recolectando chuches en una calabaza mientras contemplábamos a unos cerditos disfrazados y a unas sardinas desfilando en procesión, nos llenó de nostalgia y buenos recuerdos a los más mayores y de ilusión y asombro a los más pequeños. Un maravilloso equilibrio entre las tradiciones locales y las importadas, ¡de eso se trata!

Desde Torre Tavira no nos cabe duda de que Cádiz, una ciudad abierta que, como vemos en nuestro nuevo Calendario 2023, ha sabido quedarse con lo mejor de cada una de las culturas que han pasado por ella a lo largo de su historia, sabrá encontrar ese punto justo de convivencia entre lo nuevo y lo tradicional.

 

 

Pin It on Pinterest