¿Estamos más cerca de la ansiada desestacionlización turística?

Una de las principales características del sector turístico es su alta estacionalidad. Históricamente ha sido un sector cuyos picos de máxima actividad han estado muy ligados a los periodos vacacionales y/o temporales o climatológicos del área geográfica en que se prestase el servicio. Por ejemplo: en una estación de esquí los picos máximos tienen lugar durante el invierno por cuestiones meteorológicas y, especialmente, en fechas próximas a la navidad con la llegada del periodo vacacional de una parte importante de la población ante la llegada de las fiestas. O en un destino de sol y playa es durante los meses de verano cuando, por los mismos motivos (meteorología y periodos vacacionales de un sector mayoritario de la población), se alcanzan los picos de máxima actividad.

Sin embargo podemos observar cómo esta tendencia, muy marcada hasta hace unos años, poco a poco va tornando en periodos estacionales con menores diferencias en cuanto a picos de actividad. Aún estamos lejos acabar con esta estacionalidad y alcanzar así la ansiada desestacionalización turística, pero si vemos una cierta tendencia que nos lleva a un reparto de flujos cada vez más equitativos a lo largo del año. Son varios los factores que explican este comportamiento y que vamos a analizar en este post. Fundamentalmente los podemos dividir en dos aspectos principales:

En primer lugar el proceso de transformación que está sufriendo nuestro planeta. El cambio climático y el consiguiente calentamiento global del planeta tiene un sin fin de efectos negativos y preocupantes en el devenir de nuestro ecosistema, pero también ha influido en la toma de decisión de l@s viajer@s a la hora de elegir la fecha en la que disfrutar de su viaje. La posibilidad de disfrutar de temperaturas suaves en destinos de sol y playa en periodos no coincidentes con las grandes temporadas vacacionales ha llevado a que, para muchos, se haya convertido en una valor añadido poder disfrutar de un baño en la playa en el mes de octubre sin las incomodidades derivadas de la masificación estival. Esto repercute en los establecimientos hoteleros, de restauración y de actividades complementarias en destinos de costa, que tradicionalmente se veían obligados a cesar su actividad durante muchos meses del año ante la falta de visitantes y que, ante esta nueva situación, pueden permanecer abiertos durante todo el año o reducir al mínimo los meses de inactividad.

El segundo aspecto fundamental es la irrupción de nuevos segmentos «desestacionalizadores» que suponen una oportunidad para las empresas turísticas de diversificar su oferta y poder así tener la oportunidad de incrementar flujos en épocas tradicionalmente poco activas.

Uno de estos segmentos es el turismo de cruceros, un mercado que, pese al «frenazo» sufrido durante la pandemia» experimenta un crecimiento exponencial desde hace varios años, y cuyos meses de mayor actividad en nuestra área geográfica tiene lugar en los meses de mayo, octubre y noviembre, lo cuál favorece a que el desequlibrio entre estos meses y los meses de verano sean mucho menores.

Cruceros en el Puerto de Cádiz

Otro segmento que, por su naturaleza, podríamos considerar «desestacionalizador» es el de los «nómadas digitales». Este nuevo segmento surge como consecuencia de los cambios sociales provocados por la pandemia tras la irrupción del teletrabajo o trabajo en remoto y favorece que los destinos luchen por posicionarse para acoger a teletrabajadores y teletrabajadoras que andan en busca del lugar idóneo para desempeñar su trabajo. Un segmento que irrumpe con fuerza como demuestran distintas campañas promocionales llevadas a cabo en mercados emisores, como la puesta en marcha por la Oficina Española de Turismo en La Haya (Países Bajos), y también en mercados receptores, como el proyecto «Teletrabajo y Nómadas Digitales», puesto en marcha por los compañeros y compañeras de la Asociación de Empresas Turísticas de Cádiz (AETC), y que estudia y analiza las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades de la Provincia de Cádiz para posicionarse como destino internacional para los nómadas digitales.

Taller sobre nómadas digitales organizado por la Asociación de Empresas Turísticas de Cádiz

Otros segmentos que pueden favorecer la desestacionalización y ayudar a escapar de los periodos más «masificados» son: la cultura, que puede ser disfrutada en cualquier época del año y que en zonas como nuestra provincia, con una impresionante oferta cultural, suponen una excelente oportunidad de crecimiento para las empresas turísticas y de diversificación de la oferta. El sector MICE o turismo de congresos, que también supone un excelente agente dinamizador que no se ve condicionado por la meteorología y, en el caso de nuestra provincia, si favorecido por un clima suave que se puede disfrutar en cualquier época del año. O la naturaleza, que en un entorno como el nuestro ofrece un sin fin de posibilidades a disfrutar en cualquier época del año: playas , zonas rurales y de montaña únicas, parques naturales y reservas de la biosfera o deportes náuticos que pueden disfrutarse los 365 días del año.

Tal y como hemos comentado en ocasiones anteriores, en Torre Tavira estamos convencidos de las oportunidades que ofrecen la irrupción de nuevos mercados y segmentos como los que hemos analizado en este post y consideramos que adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad y a los cambios en la demanda de nuestros potenciales visitantes y hacerlo de forma sostenible y respetuosa con nuestro entorno social y natural es fundamental para asegurar la solvencia de las empresas y del sector turístico en un futuro.

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