El pasado 1 de noviembre se cumplía el 267 aniversario de uno de los acontecimientos más singulares (y trágicos) vividos por la ciudad de Cádiz en toda su historia, el «maremoto de Cádiz»:
El 1 de noviembre de 1755 Lisboa sufrió uno de los terremotos más devastadores y destructivos de la historia. Sus efectos no sólo se dejaron sentir en la capital lusa, también en Cádiz, dónde, además de percibir un leve temblor, la ciudad fue literalmente invadida por las olas de más de 15 metros de altura que el temblor de 9 grados en la escala Richter provocó en el sur de la Península Ibérica. En mitad del caos y la destrucción provocados por el «tsunami», el padre Bernardo de Cádiz y su ayudante Francisco Macías se encontraban oficiando misa en la Iglesia de la Palma mientras el mar se acercaba destruyendo todo lo que encontraba a su paso.
Cuando los clérigos salieron al exterior para saber qué pasaba, observaron con estupor cómo el mar penetraba por la calles con una fuerza y una violencia insólitas y, entonces, decidieron poner su destino en manos de la Virgen de la Palma. Rápidamente sacaron el estandarte de la Virgen y el crucifijo que guardaban en la iglesia. Cuentan las crónicas que lo clavaron en mitad de la calle y tras gritar: “¡Hasta aquí, Madre mía!” las aguas comenzaron a retroceder milagrosamente.
Fue tal la importancia que se dio a esta divina intervención que pocos días después se instaló junto a la iglesia una placa conmemorativa y un cuadro de la Virgen de la Palma justo en el momento en que las olas empezaron a amainar, trasmitiéndose así está historia de generación en generación hasta la actualidad y a modo de atestiguar que lo acontecido fue más que una simple leyenda.
Si te gustan las leyendas y las tradiciones populares, si quieres conocer otros capítulos de la historia de Cádiz y descubrir otras curiosidades de la ciudad, puedes encontrarlas en la APP «Cosas de Cádiz».
Fuentes consultadas para la elaboración de este post:
Jesús M. Montaño – Universo Gaditano